Una heladería que es algo más que eso, donde la leche fresca se convierte en crema helada utilizando la tecnología de “Enrietto”. Su local, en la Plaza de Cánovas, supone una propuesta vaporosa y cargada de autoreferencias a aquello que se degusta. «Suave, sutil y natural», definen desde Brandummit, los creadores de su branding.
La apariencia ligera de su textura cremosa, su sabor delicado, fueron los atributos sobre los que se sustentó la identidad gráfica. Un ejercicio apurado donde degustación y marca van muy de la mano.
